La ESPOL por medio de ajá! Parque de la Ciencia en colaboración con el Club Rotario Internacional y el Ministerio de Educación ha desarrollado una capacitación para 120 profesores que trabajan a nivel básico en áreas vulnerables de Guayaquil, tales como Monte Sinaí, Bastión Popular, Paraíso de la Flor y sus alrededores.
El proyecto busca mejorar el conocimiento y la actitud hacia las ciencias y las matemáticas de 120 profesores que trabajan en unidades educativas, en zonas consideradas vulnerables. Se centra en socializar una metodología experimental, interactiva y motivadora para enseñar matemáticas, ciencias naturales y comunicación. Tiene una duración de 332 horas entre presenciales y trabajo autónomo, y conlleva 24 sábados de instrucción, 10 semanas de observación evaluativa in situ y acompañamiento en aula, con una metodología totalmente interactiva y experimental. Un factor importante es que esta capacitación ha sido respaldada por el aval del Ministerio de Educación del Ecuador, a fin de que las horas invertidas por los docentes participantes sean reconocidas para el ascenso de categoría.
Se financia de manera conjunta por medio de una partida presupuestaria del Club Rotario Internacional y recursos de la ESPOL. Incluye transportación a la ESPOL, refrigerios y un kit básico de manipulativos experimentales.
La inauguración se dio el sábado 13 de octubre, a las 11h00, en el auditorio de la FIMCP (Facultad de Ingeniería Mecánica y Ciencias de la Producción) de la ESPOL. Intervinieron el vicerrector académico, Paúl Herrera Samaniego; Vanessa Salazar, directora de Ajá Parque de la Ciencia; Jorge Orbe, subsecretario de desarrollo profesional educativo; Jorge Cruz Game, representante del Club Rotario Puntilla; y Paola Reyes de Vera, asesora pedagógica.
Margarita Martínez, coordinadora de actividades educativas de ¡ajá! Parque de la Ciencia explicó que el objetivo del programa es que los maestros cambien su actitud hacia las matemáticas y las ciencias, mostrándoles, a través de la experiencia del semillero de futuros científicos, cómo los experimentos y juegos pueden encender “una chispa para que los niños quieran aprender más”. Participan cuatro profesores de treinta escuelas. “Creemos que ellos formen la semilla del cambio en sus unidades educativas”, puntualizó.