La primera aula interactiva con capacidad para 120 estudiantes, donde se desarrolla la metodología PPL o Aprendizaje entre Pares y Proyectos, se inauguró oficialmente el jueves 20 de octubre con la participación de estudiantes politécnicos, profesores y autoridades de la ESPOL.
Durante la inauguración, la rectora subrogante Cecilia Paredes Verduga, resaltó la importancia de contar con un ambiente de aprendizaje único en Ecuador que cuente con la metodología PPL, avalada en Harvard y que ha sido posible, precisó, gracias al trabajo conjunto de los profesores, técnicos docentes, ayudantes y personal administrativo que concentró sus esfuerzos para contar con esta aula con tecnología para el desarrollo de un aprendizaje activo.
Este tipo de metodologías de aprendizaje entre pares son aplicadas por el estadounidense Eric Mazur, reconocido docente de la Universidad de Harvard, institución que implementa PPL desde el 2012, al igual que el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) desde el 2002.
El aula 102 del edificio 31A está equipada con monitores, proyectores, mesas y centros de trabajo dispuestos en círculo, pizarras, computadoras y permite a los estudiantes que utilicen otros dispositivos electrónicos para obtener información de los temas que se estudian o desarrollan.
Luego del corte de cinta de rigor, los estudiantes ingresaron y se ubicaron en grupos para luego iniciar la resolución de una serie de problemas de física en un tiempo estimado de 20 minutos.
El promotor de PPL en la ESPOL, profesor Florencio Pinela, sostiene que la filosofía de esta forma de Aprendizaje entre Pares y Proyectos se fundamenta en el desarrollo de las habilidades que los estudiantes necesitan: trabajo en grupo, jóvenes más colaborativos, con más iniciativa y que actúen con inteligencia emocional: “Nosotros cultivamos esas emociones con la necesidad de saber ciencia. Esa es la filosofía de PPL”, precisa.
ESPOL tiene el aula más grande diseñada en Sudamérica con capacidad para 120 estudiantes y con Tecnología Activa para constatar en vivo y en directo cómo los chicos trabajan, formulan preguntas, responden, etc., en la que se incluye un software especializado.
Asimismo cuentan con Perusall, plataforma de libros electrónicos en donde los estudiantes interactúan a través de comentarios y preguntas sobre la lectura como preparación previa a la clase; y Learning Catalytics, herramienta de respuesta participativa que permite al profesor identificar- en tiempo real- la comprensión conceptual de la lectura previa.
Los grupos son heterogéneos y formados por los profesores a partir de un software y de acuerdo a los resultados que arroje una encuesta previa realizada a los estudiantes y en la que previamente han citado los promedios obtenidos en Matemáticas, si les gusta trabajar en equipo o no, si vive en la ciudad, etc.
Transcurrido el tiempo asignado para resolver los ejercicios de la lista, los facilitadores sortearon el número del grupo y el ejercicio que les correspondería exponer en una de las pizarras del salón. Al final, también por sorteo, se seleccionó al estudiante que representaría a cada equipo para que en cinco minutos explique el proceso de resolución y reciba la retroalimentación de parte de los docentes.
El viernes 21 de octubre María de los Ángeles Rodríguez, del Vicerrectorado Académico, presentó los resultados sobre la implementación del PPL, destacando que esta metodología influye positivamente en las calificaciones de los estudiantes.
“La ganancia, es decir la variación que existe en cuanto al aprendizaje desde que el estudiante inicia hasta que culmina las clases, en el término 2015-II en PPL fue de 42% y en el método tradicional, 18%. En cuanto al término 2016-I, PPL obtuvo el 38% y el método tradicional, 21%”, indicó.
“La tasa de aprobación de la materia para los jóvenes que estudiaron bajo la metodología tradicional, de 2015 segundo término, fue del 50.35% y los de PPL, del 83%. Es evidente que esta nueva metodología debe contar con ambientes de aprendizaje adecuados que soporten su implementación”, agregó.