Niños, jóvenes y adultos participaron en experimentos, exhibiciones interactivas, tecnología de punta y actividades científicas durante el Festival Familiar Sé Genial, realizado por la ESPOL el sábado 28 de enero, en el coliseo nuevo del campus Gustavo Galindo Velasco, con la finalidad de acercar la ciencia y tecnología a los niños y jóvenes de manera divertida.
El festival congregó a ¡Ajá! Parque de la Ciencia, AsiriLabs, Fabtech, Campro y varios clubes estudiantiles de la ESPOL que, a través de decenas de presentaciones, evidenciaron que en la ciudad existen espacios de recreación formativa y educativa para que los niños conozcan los principios básicos de la ciencia, matemática, ingeniería y tecnología.
En la tarima central, la ingeniera Vivian Álvarez dirigió Torre de líquidos, experimento para que los niños y niñas aprendan la densidad y cómo la sal influye en la densidad de las sustancias líquidas.
Una de las atracciones del festival llegó con la demostración de cómo una impresora 3D reproduce o imprime, capa por capa, un dibujo creado previamente en computadora. Ricardo Guerrero, ayudante del laboratorio de Campo Avanzado de Mecanización y Prototipos, Campro, explicó el proceso para crear innumerables diseños y piezas. Figuras de superhéroes como Spiderman y Superman formaron parte de la exhibición.
Los visitantes conocieron de cerca la cultura Maker. Para Karla Caicedo, fundadora de FabTech, este espacio permitió que experimentaran con materiales cotidianos a los que les dieron un uso distinto. Un ejemplo fueron los controles remotos para videojuegos que los visitantes crearon utilizando recursos como plastilina, banano, zanahoria y papel aluminio.
Patricio Vera, de 19 años, participó en un torneo de Guitar Hero junto a su hermano. Confesó sentirse emocionado al asistir por primera vez a un festival como Sé Genial: “Esta experiencia fue innovadora y me dio bastantes ideas; es interesante conocer cómo con un cable USB y materiales que tengo en casa, puedo hacer mis propias palancas para jugar”.
La estación de soldadura fue otro de los espacios visitados. Andrés Ortega miró fascinado cómo su hijo Maximiliano de 6 años, se divirtió aprendiendo sobre conductividad, mientras esperaba que un muñeco que él mismo armó encendiera una luz.
En los exteriores del coliseo, niños de todas las edades tomaban su turno para lanzar los Cohetes de agua y subirse en el Giroscopio. En el primer caso, los cohetes, elaborados con botellas plásticas, se colocaban en una estructura metálica y con un un inflador de neumáticos, los niños utilizaban aire bajo presión para hacerlos “volar”. En el segundo caso, el giroscopio puso de cabeza a cientos de visitantes que desafiaban la gravedad.
La cama de clavos, los principios de programación con los robots Dash & Dot; la máquina que adivina los pensamientos, la física de las botellas; el caleidoscopio, ejercicios con poleas fueron algunas de las atracciones que cautivaron a grandes y chicos y que tenían una explicación científica detrás.
La vicerrectora académica, Cecilia Paredes, señaló que uno de los objetivos de este festival fue vincular a la comunidad con la ciencia y la tecnología, y que la ESPOL sea el lugar donde se desarrollen estos encuentros que permitan a los participantes, especialmente a niños, enamorarse de conocimientos obtenidos mediante observación y razonamiento.
Entre los asistentes al evento estuvieron Andrés Arias y su hijo de 11 años de edad, Alejandro, quien expresó su entusiasmo por seguir una carrera relacionada con las ciencias.
Shows científicos, presentaciones artísticas y senderismo por el Bosque Protector Prosperina fueron otras actividades que se realizaron durante la jornada que culminó luego de las 16h00.
Galería fotográfica: http://bit.ly/2kQRVfZ