Jamil Salmi analizó el presente y futuro de la Educación Superior

Jamil Salmi analizó el presente y futuro de la Educación Superior

Jamil Salmi, Ph.D., experto internacional en educación superior, fue el orador principal del Seminario de Excelencia Académica organizado por el Directorio de la Asamblea del Sistema de Educación Superior del Ecuador, Asesec, la Escuela Superior Politécnica del Litoral, la Agenda 2035 y la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, Senescyt. Este encuentro académico reunió a autoridades, delegados, profesores, estudiantes, becarios de las universidades y escuelas politécnicas del país, los días 5 y 6 de diciembre en el campus politécnico Gustavo Galindo Velasco.

 

El rector de ESPOL y presidente de Asesec, Sergio Flores Macías, ofreció las palabras de bienvenida y se refirió a la Agenda 2035, iniciativa creada para generar políticas de Estado para el sistema de Educación Superior con horizonte al 2035, y a los lineamientos de un plan estratégico para el periodo 2017 - 2021.  “No podemos tener una universidad estática, curriculums estáticos. Tenemos que ser flexibles, dinámicos. Tenemos que tener una autonomía adecuada para movilizarnos dentro de esta dinamia que lleva el mundo”, enfatizó.

 

Jamil Salmi inició su ponencia principal enumerando varias situaciones relacionadas a la educación superior que aunque parecían sacadas de un relato de ciencia ficción, dijo, son ejemplos reales: En el futuro los estudiantes participarán en subastas en línea en e-bay para conseguir becas o préstamos. Para reclutar a sus alumnos, las universidades no van a recurrir a las notas del bachillerato o pruebas de ingreso, sino a perfiles de Facebook. Los centros de educación superior entregarán a cada alumno un Kindle o un Ipad con los textos necesarios para su carrera académica.

 

Entre otras situaciones planteadas, el experto, autor del libro “El Desafío de Crear Universidades de Rango Mundial” (2009), aseguró que debido a los cambios tecnológicos los títulos tendrán una validez de cinco años y los profesionales deberán actualizar sus conocimientos cada año. La duración de una clase normal será de 10 a 15 minutos y la mayoría se impartirá en línea. Los profesores utilizarán un software de reconocimiento de rostro para notar si los alumnos están aprendiendo. Existirán E-bibliotecas y E-laboratorios...  “Cada uno de los ejemplos que he mencionado es un caso real que encontré en algún lugar del mundo durante mis viajes y que simbolizan, a mi juicio, la revolución que está atravesando la educación superior”, puntualizó.

 

Durante su presentación, Jamil Salmi comparó a Brasil con Corea, países que según un estudio del Banco Mundial a inicios de los años sesenta estaban en el mismo nivel de desarrollo económico; sin embargo, según explicó, Corea aprovechó y aplicó los conocimientos y las nuevas tecnologías a su desarrollo económico: “En el caso de Brasil, la gran mayoría de científicos se quedan en las universidades que los han formado; mientras que en Corea el 60% va a trabajar en los departamentos de investigación y desarrollo de las empresas privadas y crean los productos de alto contenido tecnológico que explican el progreso de esa nación”.

 

Como otro ejemplo de que las universidades contribuyen al desarrollo de las naciones, Salmi se refirió a Singapur, que pasó de tener un Producto Interno Bruto (PIB) de $ 500 por habitante en 1965, a un PIB actual de $ 80.000 por habitante. “Singapur es una pequeña isla que no tiene ningún recurso; incluso tiene que importar agua potable y energía; así empezaron. Hace pocos años, la Universidad Nacional de Singapur estableció desde cero un Instituto de Investigación de Energía Solar y, a raíz de eso se desarrollan empresas de producción de material de energía solar con un ingreso anual de 3,5 mil millones de dólares. También establecieron el Instituto de Logística en colaboración con Georgia Tech, en Estados Unidos, y hoy la industria logística en Singapur representa 166 mil millones de dólares al año”.

 

Para encaminar a las universidades a ser instituciones de rango mundial, explicó, se deben implementar cambios como ofrecer nuevas competencias y habilidades a los estudiantes; implementar nuevas prácticas pedagógicas y aprovechar las nuevas tecnologías para generar estos cambios.  “El aprendizaje hoy no puede ser un deporte de espectadores; los estudiantes tienen que participar en su propio aprendizaje: y este debe ser activo, interactivo, experiencial y colaborativo”, enfatizó.

 

Durante su intervención en el segundo día del Seminario, Jamil Salmi mencionó tres caminos para convertirse en una universidad de rango mundial: “Fusión entre universidades, mejoras en las que ya existen y la creación de una nueva institución desde cero. Estos caminos no son mutuamente exclusivos”, precisó. Además enumeró los factores de aceleración para que se labren dichos caminos: liderazgo con visión y pasión; innovaciones curriculares, pedagógicas y administrativas; planeación estratégica; internacionalización, entre otros. “Lo más importante es desarrollar el capital humano avanzado que necesita el país, la investigación de punta que apoya la innovación económica y social. La búsqueda de excelencia no se trata solamente de subir en los rankings…”, indicó. 

 

El rector de ESPOL y presidente de Asesec, Sergio Flores realizó la clausura del evento y agradeció a Jamil Salmi por los conocimientos impartidos. Asimismo motivó a los espectadores a tener una cultura de excelencia, no solo en aspectos académicos, sino en su diario vivir.

 

Vea las imágenes en:

https://www.flickr.com/photos/127614862@N04/albums/72157675860756672